Economics

It's a battle of the ideas. Watch. Read. Be critical. Argue. Figure things out.

Teaching

It's more important to teach how to think than what to think.

Cooperació internacional

Des de la solidaritat, l'estima i el respecte entre els pobles i les persones.

Technology teaches

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Londres no és Itaca

Però ha d'estar en el camí.

dissabte, 15 de setembre del 2012

Seven-up

Esto vendo. La double-choc es una verdadera jartá de chocolate.
Tres semanas, 3, sin escribir nada en el blog, voy a ponerme que lo mismo estoy perdiendo lectores porque se me mueren de viejos. Ya hace más de un mes que trabajo a jornada completa en una pastelería belga, la Patisserie Valerie, que ni es belga ni nada, es que a la señora londinense que la montó le gustaban los pasteles del continente y le repugnaba la comida inglesa. Normal. Es otro trabajo de hostelería pero es mejor en varios aspectos: 1) jornada completa, sueldo -raquítico- completo. 2) Los mánagers son majos y el ambiente laboral es distendido. Cuando no hay ostias por la rota o las tips, claro. 3) Pasteles y bocatas gratis, y además me dan de comer todos los días. Lo que sería ingresos en especie. Regrettably es igual que el anterior en otros aspectos, a saber: 1) sueldo mínimo (6,08£ por hora, impuestos a parte), 2) trabajo rutinario y alienante en el que no se hace uso de mi educación ni capacidades (si las hubiere) y 3) lento avance del inglés porque hay no uno, ni dos, ni tres, sino TRES castellano-hablantes en el staff, mierda. Salvo en lo referente a pastries, slices, cafés y encargar-por-teléfono-una-tarta-de-cumpleaños-para-mañana-pero-que-no-lleve-chocolate-y-me-cambias-el-adorno-y-no-las-hacéis-más-grandes-y, que ya soy proficient en el tema.

No he podido postear hasta ahora porque trabajo mucho y, más relevante, porque estoy en la tercera fase del proceso de selección de un trabajo para una charity del que ya escribí hace algún tiempo, cuando estaba en la segunda fase, y que me ha ocupado todo el puñetero tiempo libre de las últimas dos semanas. Esto es peor que un cásting de esos de estrellitas efímeras, pero recemos a Marx o a la deídad que creamos que puede ser susceptible de ayudar para que acabe saliendo bien, hopefully, porque eso sí que sería una mejora. Esta tercera fase ha sido exigente, y el tiempo que he tenido para resolverla esquifit, esperemos que haya funcionado. Si así fuera os contaré con más detalle la fase. De momento cruce de dedos. Habiendo cumplido con la liturgia de lo aburrido, os cuento las cosas que pasan, que molan más:


Lo recomiendo fervorosamente
Venía por la calle hacia casa, previa parada en el off-license del barrio, y me he cruzado con una señora de unos sesenta años que corría despacito. Movía los brazos de una manera extraña, balanceándolos alternativamente con los codos hacia fuera, y miraba fijamente al frente, eso ya era raro, pero lo verdaderamente curioso es que corría muy despacio, como a cámara lenta. Me ha quedado la duda de si perdía el autobús o hacía deporte de mantenimiento. Nada que merezca más de dos segundos de atención en Londres, though, espero que para estas horas ya haya llegado a donde fuera que corría. En el trabajo también pasan cosas raras. Una tía joven, no más de 30, chistándome desde la calle, medio asomada a la puerta, pero sin pasar el umbral. Psss. Psssss. Me asomo. Madam. Y me pregunta la tía, en un susurro: ¿No vais a poner la ropa de mesa hoy? No señora, aquí nunca hemos puesto manteles. Ni siquiera tenemos. Encaja la cabeza entre los hombros, mira a ambos lados de la calle y en un tono aún más confidencial me dice ¿Y el domingo, la vais a poner el domingo? Valeeee, este, creo que se me está enfriando el helado, eh, ahora la atiende otro. Pero no os creáis que solo los clientes están tróspidos. En la pastelería hay table service, o sea que hay camareros que atienden en las mesas, toman la orden, la envían a los camareros de detrás de la barra, estos la preparan y aquellos la sirven. Sabéis la bebida 7up, ¿no? como el Sprite y eso. Bueno, imaginaos el camarero del floor llegando a la barra y en la mesa de las comandas siete seven-up esperando... Wait! siete seven-ups? ¿En serio? ¿siete seven-ups?.............................. Cri-cri. Cri-cri.

Perdonad la calidad pero mi móvil de noche es una mierda. Solo hubiera sido mejor atada directamente al cartel :)

Por desgracia no es siempre tan divertido, el trabajo se hace monótono a veces y el reloj un remolón de tomo y lomo. No pasan las horas. Cuando vuelvo a casa me encuentro a Andrius, mi compañero de piso lituano y uno de los pocos amigos de verdad que hemos hecho en estos ya casi 4 meses por aquí, me saluda what's the crack? y me pregunta, todo esperanza en la mirada: ¿Tortila? (Así, con L). Vale, hacemos una tortilla de patatas para todos, tú pones las patatas y la cebolla y yo 15 huevos (es que son enanos los huevos ingleses, deben tener gallinas raquíticas). Andrius es tímido y noble, un poco chapado a la antigua, old-fashioned dice él con un deje de orgullo post-soviético y pro-yanqui, pero con muy buen fondo. Un buen tipo. Luego está Matteo, que es un chaval italiano, delineante de estudios y chef en el mundo real y que la semana que viene nos abandona para irse a Australia un año. Yo le llamo el tube-hunter, porque siempre viene con historias de las chicas es-pec-ta-cu-la-res que ha conocido en el metro, ha acompañado hasta dos o tres paradas más allá de la nuestra y ha despedido en el anden, mientras ellas, probablemente, se van con el culo un poco más gordo a no-contárselo a sus novios. Y luego, claro, Matteo cambia dignamente de anden a coger el mismo metro de vuelta a casa, alone, pero contento. To be honest, solo tengo cosas buenas que decir de ellos, la verdad, pero no nos engañemos, los halagos no dan risa. Un poco de choteo cariñoso, en cambio, siempre es muy sufrido: Por ejemplo, ambos tienen verdadera fe fanática en un libro para ligar. Uno de esos de auto-ayuda, márqueting baratujo e indigno, ya sabéis. De esos tipo quién me ha robado mi queso. Seguramente se titule Es fácil fruncir, si sabes cómo. Les he intentado explicar que algo está intrínsecamente mal si ligan siguiendo los consejos de un libro, pero no los convenzo, oye. Luego está Maeva, una chica francesa jovial y de espíritu mediterráneo, a la que llevamos medio verano echando de menos porque se lo está pasando bomba en Barcelona, la muy maldita. Barcelona es su segunda casa (tercera, si lo piensas dos veces). Habla castellano muy bien, inglés un poco menos y francés no sé, porque no controlo. Perfecto, me imagino, que pa' eso es gabacha. La cuarta moradora de la casa no se merece ni una línea del blog, siempre tiene que haber algún atontao en todos los pisos compartidos. Muy anti-persona. Pasamos de honrarla en la historia. ¿Se nota que me cae mal?

Así va el partido, con más de 100 días transcurridos. Seguimos empate a cero. Por lo menos ambos tenemos empleos que aunque no sean para echar cohetes (nótese el eufemismo), sí sirven para pagar la renta, y el inglés mejora, indeed. Esperemos que alguien meta un gol. Si no, siempre será mejor que estar en casa metiendo currículums en saco roto y jugando al póker por internet. Vamos, digo yo.

Ah, se me olvidaba dar las gracias a los dueños de los Hedge Funds, a la Mérkel, al Zapa, al Taniano, a los constructores y a los ricos en general, que gracias a ellos la gente no tiene trabajo pero en cambio tiene tiempo de leerse blogs insustanciales como el mío y ya llevamos más de 2000 leídas. Mooooolaaa. Les enviaré un pastel de goma-2. Con un lacito.